Por Oscar Alvarez de la Cuadra
El mes de agosto pasado asistí a una reunion convocaba por la Directora General de Biomédica de Referencia, un importante y prestigiado laboratorio clínico, premiado varias veces en calidad, por su inmejorable ambiente laboral y de los pocos que actualmente están acreditados en México en la norma ISO 15189 para laboratorio clínicos. ¿Qué hacía allí un empresario al frente de una empresa consultora fundada por mi padre hace 40 años, cuya conducción me fue delegada hace ya casi una década y quienes aparentemente nada tenemos que ver con el sector clinico? Más intrigante resultaría  que la reunión fue para entregar la documentación de viaje a un grupo de participantes de diversos ámbitos profesionales, la mayoría del sector clinico, dos consultores, dos medicos, tres representantes de laboratorios clínicos, un arquitecto, empresarios como yo y representantes de importantes instituciones para estar una semana en Israel a principios de Septiembre y aprender de los avances de la pequeña nación de Medio Oriente en los campos de biotecnología y en particular, lo que atrajo mi atención, el tema de la innovación y los start-ups o empresas nuevas de reciente creación, de alto riesgo. Google es un ejemplo de start-up y algunos las confunden con empresas de garage.  Muchos start-ups comienzan con ideas innovadoras y si son exitosas tienen un potencial dramático de crecimiento. En Israel los ejecutivos de algunas de estas empresas nos presentaron sus ideas en el campo de la biotecnología como dispositivos para regeneración de cartilagos, sellado de arterias y para aislar medicamentos al administrarse por via intravenosa y evitar riesgo de intoxicación. Pero el más memorable fue el de la empresa Better Place iniciada por el jóven empresario israelí Shai Agassi, ex colaborador de SAP y quien logró juntar 200 millones de dólares para hacer realidad su sueño de que su país dejara de depender del petróleo y de que por las vialidades israelís circulen automóviles eléctricos operados por una bateria que la empresa renta para mantener el costo de dichos vehículos similar a la de sus contrapartes de combustión interna y que pueden recargarse en diversas puntos de carga, ya existentes en casi todo Israel. La idea ya se exportó al Japón y algunos taxis en Tokio ya son automóviles totalmente eléctricos, al igual que en el DF promovido por el Gobierno local.
El tema de la innovación hoy en día está cobrando una importancia capital en el modelo actual de negocios. Si el término evoca los productos de Apple, Samsung, Sony, entonces contamos con una buena comprensión del mismo y de su impacto. En los años 80 y 90, el tema que preocupaba a las empresas era el de la calidad. Ahora es el boleto que exige el mercado para seguir comptitiendo en él, como tal ya no es una opción, lujo o rareza. Ahora la innovación se perfila como el siguiente peldaño al que los que dirigimos empresas tenemos que apresurarnos a escalar o en definitiva estaremos fuera del mercado.
Muchos pensarían que los temas de tecnología e innovación son propios de países del Oriente, Europa o Estados Unidos. Pero Israel se ha posicionado como una potencia en el desarrollo de nuevas tecnologías y es el tercer lugar mundial en patentes. Su potencial es tal, que el segundo hombre más rico en el mundo, Warren Buffet ha dirigido sus recursos en la adquisición de la empresa Iscar Metalworking, ubicada en el parque industrial Tefen en la ciudad homónima en Galilea, un sitio creado por el industrial y filántropo Stef Wertheimer para crear oportunidades de mejorar la calidad de vida y de esta forma fomentar la paz en la región al crear bienestar para todos los grupos que habitan la zona. La empresa que empezó en un garage en 1952 ahora tiene 140 subsidarias y Buffet, además de haber celebrado su decision en adquirir el 80% de Iscar,  la ha alabado por su brillante estrategia y capacidad de crecimiento en ventas
Qué factores han contribuido a tan enorme éxito para un país con apenas 64 años de vida. Muchos estudiosos se han puesto de acuerdo que en parte es el desarrollo temprano de habilidades de liderazgo y desarrollo de estrategia, al prestar los jovenes israelís su servicio militar hasta 3 años, a la cantidad del PIB que el gobierno israelí asigna a la investigación y desarrollo por encima de muchas grandes potencias, a las facilidades que el propio gobierno otorga para el establecimiento de empresas start-up y seguir con varios intentos en caso de que estas no prosperaren con legislación flexible para la quiebra y apertura de nuevos negocios, entre otros. Otro factor influyente está muy bien embebido en la cultura israelí y responde al término  chutzpah, que proviene del yiddish y fue incorporado al hebreo moderno. Chutzpah es atrevimiento, muchas agallas, cuestionamiento a todo y se puede experimentar a quienes viven en Israel desde la forma en que los estudiantes les hablan a sus profesores, los empleados retan a sus jefes, los sargentos cuestionan a sus generales y se aplica en cualquier contexto de la vida cotidiana.
Como consultor qué lección me llevo de esta experiencia y qué podría yo transmitir a mis colegas en la profesión. Ante el entorno al que nos enfrentamos en cuanto a competencia desleal, necesidades cambiantes de los clientes, nuevas regulaciones, etc. la lección aprendida es que con mucha creatividad e ingenio en un ambiente hostil podemos replantear nuestra forma tradicional de prestar un servicio y buscar formas más creativas de solucionar la problemática de nuestros clientes y reducir nuestros costos para volvernos más competitivos. Si Israel lo ha logrado con innovaciones como el algoritmo de comunicación de ICQ y Skype, la Pillcam (una píldora con una cámara para endoscopías) , el Copaxone para el tratamiento de multiesclerosis, los automóviles eléctricos, el exoesqueleto Rewalk para parapléjicos,  el portal Answers.com, etc., nosotros como consultores podemos detenernos en nuestra actividad cotidiana y dedicar un tiempo para saber qué es lo que esperan los clientes de nuestras empresas. La creatividad se vuelve un ingrediente importante y conlleva entonces a innovar, a crear algo nuevo y con mayor valor agregado. No olvidemos que desde la década pasada ya se hablaba de la Estrategia del Océano Azul, que consiste crear el entorno donde no había cabida para los competidores mediente un bajo costo y una fuerte diferenciación. Un análisis cuidadoso de lo que mi competencia no está haciendo bien, puede ser el punto de partida para una importe innovación a nivel proceso o producto/servicio.
Me permito citar a uno de los ponentes, el CEO de la empresa Seamwad, a quien conocimos en una ponencia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, para dar un resumen de los cuatro pasos indispendables para la creación e innovación. Partimos de nuestro mercado, las empresas que buscan nuestros servicios en cualquiera de las disciplinas que ofrecemos, el conocimiento de nuestros clientes quiénes son, conocer sus necesidades  y finalmente brindar una solución. ¿Suena nuevo? Seguro que no. Es lo que ofrecemos día a día como consultores, pero el valor radica en que dejemos de verlo hacia lo que brindamos y dirijamos la vista hacia las propias entrañas de nuestras empresas consultoras. ¿Qué estamos dejando de hacer hoy para ser más competitivos y exitosos mañana? Un país de aproximadamente 7 millones, con escasos recursos y un territorio mucho más pequeño que el estado de Hidalgo, rodeado por varias naciones hostiles y en continua preparación ante un posible conflicto bélico, nos ha dado la respuesta. Ahora falta que la apliquemos nosotros.
 Oscar Alvarez de la Cuadra. Director General de Grupo CRASA en Jerusalén, Israel. Septiembre, 2012

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